miércoles, 26 de octubre de 2011

La única verdad es la realidad



La única verdad es la realidad
La única verdad es la realidad: escrutadas el 98,25% de las mesas de todo el país, la fórmula presidencial del Frente para la Victoria: Cristina Fernández de Kirchner / Amado Boudou obtiene el 53,96% de los votos, un total de 11.593.023 sufragios.

Con una participación masiva de la población, 78,89% en todo el país, la Presidenta de la Nación obtuvo la reelección por una histórica diferencia desde la recuperación de la democracia, casi el 40% la separa del candidato por la Alianza Frente Amplio Progresista: Hermes Binner que obtuvo el 16,87% de los sufragios emitidos. Luego se ubicaron el candidato por UDESO, Ricardo Alfonsín (11,15%), seguido por Alberto Rodríguez Saa (7,98%), Eduardo Duhalde (5,89%), el Frente de Izquierda y de los Trabajadores encabezado por Jorge Altamira con el 2,31%, y en séptimo lugar quedó la candidata por la CC, Elisa Carrió con el 1,84% (396.171 votos).

Fueron las séptimas elecciones consecutivas desde el retorno de la democracia, y es algo que los argentinos celebramos, al igual que en las PASO, con una masiva concurrencia a las urnas. “Votar siempre es una fiesta. Y lo vivo también desde mi rol de militante, ya que no siempre pude votar, pero afortunadamente nuestros jóvenes ya desde 1983 votan y eso es un tesoro que por ahí no se valora debidamente”- dijo cerca del mediodía la Presidenta de la Nación tras emitir su voto en Río Gallegos.

La presidenta llegó al búnker del Frente Para la Victoria, ubicado en el Hotel Intercontinental, cerca de las 20.30 horas. Para ese entonces varios pronósticos se habían confirmado. Cristina era reelecta en una elección histórica por una cifra abrumadora, se convertía así en la primera presidenta de América Latina en ser reelecta por dos períodos consecutivos con un mismo partido político y establecía una diferencia cercana a la lograda por Juan Domingo Perón en las elecciones de 1973 con respecto al segundo. Un solo pronóstico se negó a cumplirse, el meteorológico, a pesar de que se anticipaba una jornada gris y con chaparrones, la única lluvia fue la de los votos que reafirmaron la continuidad del Proyecto iniciado por Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003.

El búnker era una fiesta, adentro y afuera, miles de militantes llegaban tras emitir su voto y aguardaban por sus palabras. De fondo el rumor de la Plaza de Mayo se escuchaba en los corazones que esperaban conmovidos la llegada de Cristina al escenario. Al igual que en las Primarias, la ovación se convirtió en abrazo, el abrazo de un Pueblo para la mujer que ayer, respaldada por la voluntad popular, se terminó de meter en la Historia grande de la Argentina.

“El gran fundador de la victoria de esta noche”

Nuevamente triunfó el amor. Él, su compañero de toda la vida vive en ese Pueblo que “está votando la reelección” cantaban en el búnker los compañeros y le robaban una sonrisa a una emocionada Cristina que contenía en su interior las palabras necesarias, justas y oportunas. Tras agradecer los saludos de políticos locales y de los países hermanos de la Patria Grande, llegó el momento de decir las palabras necesarias: “quiero agradecerle a alguien que ya no me puede llamar más, pero que es el gran fundador de la victoria de esta noche.”

“Yo no me la creo, nunca me la creí ni pienso hacerlo. Sin él, sin su inconmensurable valentía y coraje (…) hubiera sido imposible llegar hasta aquí (…) Fue él , quién en el 2009 se puso al frente en el momento de mayor adversidad de nuestra gestión. Si él no hubiera ido al frente como lo hizo, si él no hubiera recorrido todo como recorrió, nuestra derrota en la provincia de Buenos Aires hubiera sido terrible y tal vez hoy no podríamos estar aquí donde estamos.” – dijo Cristina.

Los compañeros interrumpían al grito de “Néstor no se murió, Néstor vive en el Pueblo…”, y ella parada en el centro de la historia continuaba: “ese hombre que había transformado la Argentina, fue al frente y puso todo y más de lo que tenía que poner. Pero él era así, cada instante se lo jugaba como si fuera la última vez y, sobre todo, porque siempre hizo honor, hasta el último aliento, a que él jamás iba a dejar sus convicciones. No las dejó en la Casa Rosada, pero lo que es más importante, porque el paso por la Casa Rosada siempre es temporal y circunstancial, tampoco dejó sus convicciones mientras vivió y tuvo aliento, que eso sí es más difícil y también más valioso.”

La política por delante: La fuerza de las convicciones.

En el aire se sentía. Las calles, el búnker, La Plaza de Mayo desbordaban de una idea: se ha recuperado la política, como el “verdadero y único instrumento de transformación de la sociedad argentina y de la historia también.” La política ya no se padece, la política a favor de los intereses del Pueblo solo puede festejarse.

Cristina, llamó a realizar un “replanteo profundo de cuáles deben ser las propuestas, de cuáles deben ser las formas y las vocaciones, no para conquistar al electorado, el electorado no es un punto fijo, la conquista siempre implica una actitud de guerra, sino fundamentalmente la de persuadir, la de tener convicciones y, fundamentalmente, que esas convicciones coincidan con las acciones, que los discursos coincidan con las acciones para poder lograr la voluntad popular.”

La voluntad unida a la convicción: los ojos y el corazón del Pueblo

“Siempre pensaban que no se podía luchar contra determinadas cosas preestablecidas en la Argentina, que había que pedirles permiso a algunos para ver qué se podía decir y entonces lograr cinco minutos más de pantalla o cuatro líneas más en un periódico.” –señaló la Presidenta reelecta. “Y yo creo que lo importante es lograr un lugar en el corazón de nuestro pueblo; creo que lo importante es saber leer los ojos de los millones de argentinos. Muchas veces los dirigentes se desesperan leyendo los diarios y mirando televisión. Yo les pido que miren más los ojos de los argentinos, que recorran el país de punta a punta y vean. Ahí van a comprender que todavía nos faltan muchas cosas, pero si alguien conoció la Argentina antes de 2003, van a poder ver cuánto que hemos avanzado pese a todo lo que todavía nos falta.”

Antes de despedirse del búnker, Cristina dedicó un saludo especial a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo: “A mí me da mucha tranquilidad cuando ustedes están conmigo porque quiere decir que todavía no me mandé ninguna macana grande. Me dan mucha tranquilidad, gracias.” Tras decir estas palabras confirmó lo que todos estaban esperando: el destino era la histórica Plaza de Mayo donde la esperaban miles y miles de argentinos que ven en ella la síntesis de una historia grande, la lucha por una Patria más inclusiva, más justa, más soberana.

El destino inevitable de la historia: La Plaza de Mayo

Desde temprano La Cámpora llegó a la histórica Plaza de Mayo. Las banderas se iban desplegando. Las canciones se reversionaban. Los clásicos cantitos comenzaban a sumar voces: el clásico nacido de aquellas jornadas de octubre de 2010 sonaba incansablemente: “Si la tocan a Cristina, que quilombo se va armar” y el más celebrado “Llora, Llora, Llora la derecha, porque los pibes están de fiesta, le vamo’ a demostrar, que Néstor no se fue, volveremos a ganar, gorila no volvés más” resonaba en cada rincón de la plaza.

Miles y miles de militantes se fueron acercando a medida que cumplían con sus responsabilidades en la jornada electoral. Junto a otras organizaciones políticas, familias enteras que desbordaban de alegría. Las murgas copaban los espacios y la fiesta era inmensa. Solo restaba que llegara Ella para completar la postal de un día histórico.

Ingresó en la plaza. La multitud ensordecedora le dedicó el triunfo al vicepresidente, el símbolo de la traición al valor más importante para el Pueblo: La lealtad. Luego otro clásico surgido de las jornadas de debate y militancia por la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, hizo saltar a toda la plaza: “Tomala vos, dámela a mí, el que no salta es de Clarín”. Dos cosas quedaban claras: triunfó la política por sobre las corporaciones y triunfó la lealtad por sobre la traición y el oportunismo.

“Y un día volvimos”

Ella estaba radiante. Se notaba en su sonrisa que contenía toda la fuerza: la de Él, la del amor, la de un Pueblo que la lleva en el corazón. Bailaba, saltaba, se abrazaba con su Pueblo: “Quiero darles las gracias a esta multitud de jóvenes argentinos que han vuelto a recuperar la Plaza de Mayo y quiero decirles mis queridos, déjenme decirles mis queridos que en cada uno de ustedes, en cada una de esas banderas, de esos rostros tan jóvenes, me veo yo y lo veo a él hace muchos años en este mismo lugar. Pero también déjenme decirles que los veo en un momento histórico superador de aquellos momentos. Esta plaza que ha sido plaza de alegrías pero también de desencuentros y enfrentamientos.”

“Yo quiero celebrar que esta juventud, después de 8 años de gobierno, viene a levantar las banderas con alegría y no con odio, sino con amor, con amor a la Patria. Quiero darles el compromiso, quiero agradecerles la convicción….claro que sí ¡Viva la Patria y viva Amado, que acaba de llegar también el Vicepresidente de todos los argentinos!” –dijo Cristina desde el escenario dónde junto a sus hijos y a los funcionarios festejaba el triunfo de la mayoría.

La canción lo resume: “Volvimos a la Plaza, a luchar por esta Patria, junto a Néstor y Cristina, los soldados de Perón” ¿cuántas veces a lo largo de los últimos años la cantamos? Y ahí estábamos, volvíamos definitivamente a ocupar ese espacio, y ahí estaba Ella diciendo: “Y déjenme decirles también de mi compromiso con la historia, con ustedes, con la memoria y el legado de él que también recuerdo un año 2005 cuando en esta plaza también dijo: “Y un día volvimos”.

Él estaba ahí. Él volvió con nosotros. Él cantó con nosotros como aquella vez donde se apareció en la noche para demostrar que iba a defender el Proyecto y a “la presidenta coraje” como un militante más, no solo porque la amaba sino también porque como dijo el 11 de marzo de 2010: “Se me caen las lágrimas no sólo porque la amo sino porque la admiro”. “Me siento orgulloso de la compañera que tengo y de la Presidenta que tienen los argentinos” –dijo Néstor aquella vez en Ferro.

¿A quién no se le cayó ayer una (o más) lágrimas al verla mezclarse con el Pueblo que la ama, que la admira y que se siente orgulloso de que nuevamente sea la Presidenta de todos los argentinos?

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